El mito de Pigmalión empieza diciendo que fue un escultor, que termino una escultura tan bella que se enamoró de esta. Después conoció a Afrodita y canalizo todas esas emociones para ella. Consiguiendo así algo mucho mas alla de sus expectativas. Y justo de eso se trata el efecto Pigmalión de las expectativas y el efecto que están tienen en nuestra vida ya sea académica, laboral o personal.

El efecto que pueden tener en nuestra vida y comportamiento, las expectativas ya sean de otros o propias son un tema muy estudiado en la psicología.

Hablamos de cuanta influencia puede tener en nuestro desarrollo las ideas que otros tienen de nosotros y lo que esperan que logremos. Y como es que interiorizamos estos conceptos para hacerlos parte de nuestro desarrollo. Buscando así lograr lo que se espera de nosotros ya sea esto positivo o negativo.

Es en especial el área de la educación donde mas se ha estudiado sobre las expectativas y su efecto. Y es así donde surge esta idea.

Sánchez M. y López, M. (2005) nos hablan de que el efecto Pigmalión requiere de tres aspectos:

1. El creer firmemente en un hecho.

2. El tener la expectativa de que se va a cumplir.

3. El acompañar con mensajes que animen su consecución.

Lo he visto

Como ejemplo podemos hablar de cuando le enseñamos a un niño a andar en bicicleta. El verano pasado mi sobrino «G» aprendió a andar sin rueditas. La verdad que a su edad era lo mas esperado. Pero el solía decir «no puedo» a lo que mi hermano le dijo «como de que no, claro que puedes».

Él si podía, pero dudaba, pero la seguridad transmitida por su padre lo llevaron a creer que podía cumplir con esta expectativa.

¿Como Funciona?

Lo importante en todo esto es el discurso, lo que decimos es lo que realmente provocara algún efecto de motivación en el otro. Este efecto es mucho mas poderoso de lo que solemos notar. No sabemos cuanto de lo que somos ahora se derivó de las expectativas de nuestros padres y compañeros a lo largo de nuestro desarrollo.

Y cuando se trata de cosas positivas es bueno. Pero que hay de todas esas etiquetas negativas con las que cargamos en nuestra vida. Y nos llevan a tomar decisiones que afectan el que logremos nuestros objetivos.

La idea es que de alguna manera cambiemos todas esas sentencias negativas que usamos al formar a nuestros hijos o para capacitar o motivar a nuestro personal. Por ideas positivas y motivacionales. Que los lleven a comportarse y esforzarse para dar lo mejor de si mismo.

Es muy importante eliminar las expresiones negativas ya que este efecto funciona de manera negativa también. Es decir que si yo le repito a mi hija de forma continua que es una inútil solo la estoy motivando a que lo sea.

En ocasiones si queremos modificar una conducta en nuestros hijos hay que apostar a lo que queremos obtener antes de verlo. Por ejemplo repetirles constantemente que ellos son muy obedientes. Sin duda los motivara a serlo. Es una especie de profecía auto cumplida. Es decir, nosotros provocamos el resultado que estamos buscando.

Lo mas importante a destacar es que si tu investigas y estudias sobre este tema, descubrirás lo cruciales que son estas etiquetas de expectativas que colocamos en las personas. Y como están marcan su vida casi de forma permanente. No todos tenemos la fuerza y resiliencia para superar esa etiqueta colocada en nosotros desde niños que nos dice que no somos buenos para algo.

Así que antes de sentenciar a tus hijos, piensa muy bien que palabras usaras y si vas a etiquetarlos de algo que sean de puras cosas positivas.

Y en el ambiente de trabajo también en necesario saber como motivar de manera positiva. Esto no solo mejora la relaciones de trabajo. También ayuda a tus compañeros de trabajo a obtener mejores resultados.

Cuando te das cuenta del poder que tienen las expectativas en nuestra vida. Es momento de rodearnos de personas que nos ayuden a crecer. No de las que critican y nos hacen sentirnos mal con nosotros mismo. No aceptes las etiquetas negativas que otros te quieran poner. No cumplas con sus expectativas. Enfocate en dar lo mejor de ti. Trabajar para lograr tus metas y en ayudar a los demás a alcanzar su potencial.

Tampoco permitas que otros etiqueten a tus hijos o compañeros. Siempre ten una respuesta positiva para cuando te cuenten que alguien los criticó o descalifico su trabajo.

No se trata de enseñarle a tus hijos que ellos siempre están bien o los demas son unos locos si no lo notan. Mas bien de insertarles en su mente que son capaces con el esfuerzo necesario de lograr todo lo que se propongan ser y hacer.

REFERENCIAS

Sánchez Hernandez, M. y López Fernandez, M. (2005). Pigmalión en la. Editorial Universidad Autonómica de la Ciudad de México. México D.F.

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