El 8 de marzo se celebra a nivel internacional el día de la mujer. Con esto en mente hablare un poco muy por encimita sobre el cerebro femenino, los científicos han documentado una sorprendente colección de diferencias cerebrales estructurales, químicas, genéticas, hormonales y funcionales entre mujeres y varones. Hemos aprendido que los hombres y las mujeres tienen diferentes sensibilidades cerebrales ante el estrés y el conflicto.

Utilizan distintas áreas y circuitos cerebrales para resolver los problemas, procesar el lenguaje, experimentar y almacenar la misma emoción intensa. Las mujeres pueden recordar los detalles más pequeños de sus primeras citas y sus enfrentamientos mayores, mientras que sus maridos apenas recuerdan que hayan sucedido esas cosas. La estructura y química cerebrales son las causantes de que esto sea así.

Esto debido a que nuestro cerebro se encarga de todo. Las hormonas que interactúan en nuestro cerebro. Ayudan a guiar las conductas alimentarias, sociales, sexuales y agresivas.

Sabemos bien que cualquier cambio en la estructura cerebral implica cambios en las personas, incluyendo su personalidad, de ahí que existen casos de personas o niños con daño cerebral que terminan pareciendo alguien diferente al recuperarse.

Entonces cuanto mas marcadas son las diferencias entre ambos sexos. Cuando desde lo estructural el cerebro es diferente.

En esta ocasión hablaremos del cerebro de la mujer. El cerebro femenino, por término medio, madura dos o tres años antes que el masculino.

En los centros del cerebro para el lenguaje y el oído, por ejemplo, las mujeres tienen un % más elevado de neuronas que los hombres.

En el eje principal de la formación de la emoción y la memoria — el hipocampo— es también mayor en el cerebro femenino, igual que los circuitos cerebrales para el lenguaje y la observación de las emociones de los demás .

Esto significa que las mujeres, por término medio, expresan mejor las emociones y recuerdan mejor los detalles de acontecimientos emocionales.

Las niñas nacen interesadas en la expresión emocional. Se interpretan a sí mismas basándose en la mirada, el contacto y cualquier otra reacción de la gente con quien se relacionan.

Fundándose en estas pistas las niñas descubren si son valiosas, acreedoras a ser amadas o fastidiosas.

En el cerebro femenino el circuito propio de la agresión está más íntimamente ligado a las funciones cognitivas, emocionales y verbales de lo que lo está el carril varonil de la agresión, que se halla más conectado con las áreas cerebrales de la acción física.

Las Hormonas y nuestro animos.

Como ya mencione las hormonas tienen mucho que ver en quienes somos y como nos encontramos animicamente y estas empiezan con fluctuaciones en las mujeres, nada menos que a los tres meses y duran hasta después de la menopausia, lo que nos dice que la realidad neurológica de una mujer no es tan constante como la de un hombre. La de él es como una montaña que van gastando imperceptiblemente en milenios los glaciares, el tiempo y los profundos movimientos tectónicos de la tierra. La de ella es más bien como el clima, constantemente cambiante y difícil de predecir.

El ciclo menstrual y sus cambios.

Y estos cambios no solo varían a lo largo de la vida. Si no que también durante el recorrido del ciclo menstrual. Lo que nos dice que dentro de el ciclo que dura 28 días. Existen variaciones químicas en el cerebro que provocan cambios notables en las mujeres.

Al inicio del ciclo el estrógeno estimula las células, excitando el cerebro a la vez que hace que la chica esté socialmente más calmada durante las primeras dos semanas. Durante esas semanas (la fase del estrógeno) se da un incremento del 25 % de las conexiones en el hipocampo y ello hace que el cerebro se muestre un poco más agudo y funcione un poco mejor. Una se siente más lúcida, recuerda más cosas y piensa con más rapidez y agilidad. Más tarde, al sobrevenir la ovulación alrededor del día decimocuarto, la progesterona empieza a salir de los ovarios y a contrarrestar la fertilización por estrógeno, actuando más bien como un herbicida sobre las nuevas conexiones del hipocampo.

Durante las últimas dos semanas del ciclo la progesterona hace que el cerebro al principio se sede y gradualmente se torne más irritable, menos centrado y algo más lento. Ésa puede ser una de las razones principales del cambio en la sensibilidad respecto del estrés durante la segunda mitad del ciclo menstrual.

La Maternidad.

Y ni hablar de la maternidad donde se a comprobado que desde el embarazo empiezan los cambios neuronales para ajustarnos a la nueva realidad.

Estoy muy agradecida de mi cerebro de mujer. Creo que es maravilloso, todo un universo que descubrir y que seguirá intrigando a investigadores por mucho mas.

Toda esta información la tome del libro «EL CEREBRO FEMENINO» de Louann Brizendine (2006). Lo recomiendo muchisimo. Lo escribe una autora super preparada que tiene grandes estudios y se dedico que hacer un especie de guia que sin duda como mujer te ayuda a entenderte mejor y a los hombres aprenderán un poco de nuestro complejo universo.