¿Tu decides quien eres?

Según deconceptos.com los mandatos familiares son imposiciones que provienen de los valores y costumbres de cada familia. Es decir cada familia a lo largo de generaciones va creando ideas y generando estereotipos a los que cada integrante de nueva generación debe de irse adhiriendo. Por ejemplo cuando toda una familia se dedica a la abogacía o medicina.

“Cada familia es como un clan. Es una dimensión dinámica y tremendamente compleja donde se integra un legado emocional, un pasado, unas creencias, unas represiones y por supuesto unos mandatos”, dice Víctor Frankl.

Son muchas las personas que van a lo largo de su vida tomando decisiones intentando cumplir siempre con las expectativas puestas en ellos por parte de su familia. ¿Pero qué pasa cuando estas expectativas son negativas? ¿Qué pasa contigo cuando solo esperan que fracases o estés equivocado?

Bueno lamentablemente así como los mandatos familiares nos pueden motivar a conseguir una carrera o algún logro personal, también nos llevan a lados oscuros de desarrollo, donde nos impiden alcanzar metas por la creencia que somos inútiles o fracasados.

Es difícil crecer de forma sana en un ambiente donde las expectativas sobre quienes seremos empiezan desde que estamos en el vientre de nuestras madres, y nos acompañaran por el resto de nuestras vidas son negativas o nos generan demasiada presión. De ahí tantas historias de personas que empiezan la carrera de medicina porque siempre se les dijo que serian doctores y después de un par de semestres renuncian, porque o no es lo suyo, no lo disfrutan o simplemente se sienten más atraídos por otras carreras, pero hay muchos más que si bien no lo disfrutan terminan la carrera por que se les dijo que esto serian  en su mente no ha más opciones.

La oveja negra

Un mandato clásico y muy repetido en las familias es el de la oveja negra, o de cuando a uno de los hijos se le carga de todo lo negativo, y ve creciendo con la idea de que es alguien que hará siempre la cosas mal, dándose (de forma inconsciente) permiso para ir fallando y fracasando o actuando en contra de las ideales familiares, ya sin que se le reconozca por sus logros positivos ya que no importa lo que haga siempre es la oveja negra.

Rompiendo Mandatos

Trabajar los mandatos familiares, es decir lograr desentramar todas las creencias erradas que tenemos, y reconocer cuanta ansiedad o estrés nos generan, descubrir cuanto nos afectan en nuestras relaciones sociales y laborales es un trabajo que necesita mucho aprendizaje de nuestra parte.

Se trata de aprender a pensar sin todos estos filtros que han  estado con nosotros toda la vida. Para lograrlo lo primero de debemos hacer es reconocerlos, hacer un trabajo de exploración mental y emocional buscando que palabras o mandatos escuchamos de niños  nos han acompañado y saboteado desde entonces. Frases como:

No sirves para nada.

Eres un tonto o torpe.

Eso no lo puedes hacer tú.

No espero nada de ti y me sigues decepcionando.

Etc.

Son frases que resuenan dentro de nuestra mente y nos impiden crecer emocionalmente del todo, esto no quiere decir que la intención de nuestros padres fuese que realmente termináramos siendo inútiles, es solo reflejo de que no tenían las herramientas para una educación con fines de formar emocionalmente sanos a sus hijos.

Mandatos para el Futuro.

 A todos los que tenemos hijos o la fortuna de trabajar con niños, debemos reconocer esta gran influencia que tenemos sobre de ellos durante su primera infancia y hacer todo lo que este en nuestras manos para que crezcan con salud emocional y la seguridad y autoestima necesarias para desenvolverse de forma exitosa en la vida.

Para empezar es muy importante dejar atrás las expectativas que tenemos de nuestros hijos antes de que estos nazcan, debemos mejor pensar que son una persona aparte y que nuestra tarea es descubrirlos y ayudarlos a auto descubrirse, motivarlos a lograr sus sueños y no buscar ver  los nuestros en ellos.

Cuando se trata de adultos, podemos empezar por reconocer que las decisiones y deseos de los demás son de ellos, y no debemos querer cambiarlas. Existen muchas familias donde el chantaje emocional y la manipulación son las herramientas para que los hijos ya adultos no se alejen y logren su vida aparte, aquí es donde por generaciones se repiten patrones que no son sanos, y a los que ponerle un alto no es fácil pero si muy necesario para que las futuras generaciones crezcan en un ambiente más sano y puedan vivir sin cargar con esos mandatos familiares.