Cuando los niños cumple 2 años de edad, empiezan a tomar consciencia de su entorno como nunca antes.

Y empieza una exploración de su ambiente y cuerpo. Quiere todo y a la vez muchas veces nada.

Pareciera que tenemos pequeños adolescentes en casa que hacen berrinches.

Y justamente a esta etapa es a la que Quaglia (1996) llama «el efecto padre».

Pero no por que crea que el culpa de papá el comportamiento del niño. Si no mas bien por que el descubrir a su padre es parte de esta etapa.

Cuando el bebé nace, viene del vientre de su madre, ella lo alimenta desde su seno y esta ahí con el para cubrir cualquier necesidad. Así que la lógica del bebé le dice que su madre es parte de el mismo. En cambio el día que empieza a entender su entorno como ajeno a el. Es cuando descubre en su padre una figura distinta a si mismo (recordemos que su mamá es parte del bebé) y aquí empieza lo nuevo.

Papá lo trata de forma diferente y le aporta diferentes cosas. Entonces el niño va descubriendo como es el mismo. Si lo analizamos bien y con calma si es un especie de adolescencia. Ya que la característica de la adolescencia es la separación de joven con la familia. Su diferenciación como individuo. Y al rededor de los 2 años sucede algo parecido. Por esto que manifieste la misma clase de emociones desbordantes.

Cuando un niño crece sin una figura paterna para ayudarle en este proceso, lo mas común es que no lo haga en el tiempo que debería, de ahí que hay niños en edad preescolar que tienen muchos problemas para separarse de su madre para ir a la escuela.

En México la figura paterna en la actualidad esta muy desprestigiada, en los años 60’s y 70’s el padre tenia el deber de ser proveedor y no se involucraba emocionalmente con sus hijos. Así que con la introducción de la madres al ambiente laboral, ha llevado a que en muchas ocasiones se haga a un lado al padre, como sí ya no fuese necesario.

Pero esto no es así, el hecho que la padre trabaje debería ser una oportunidad para que el padre se involucre mas en la atención de los hijos.

La figura paterna tiene mucha influencia tanto en el desarrollo emocional como el sexual de un niño. Su presencia le ayuda a definir roles y obtener mejores habilidades sociales.

El sentirse amado y atendido por ambos padres durante la primera infancia, ayuda a un buen desarrollo emocional.