De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud en el mundo 150 millones de niñas y 73 millones de niños, en términos aproximados, han sido víctimas de alguna forma de abuso sexual.

En datos proporcionados por la Universidad Nacional Autónoma de México, dentro del país se han registrado altos índices de abuso sexual infantil, en los cuales el 77% de las víctimas son niñas, además el promedio de edad de los afectados es de 5 a 7 años. Donde en la mayoría de los casos  la víctima conocía al agresor, siendo desde un familiar cercano como el padre, el hermano, el cuñado, el primo, el abuelo, el padrastro, el tío, hasta un amigo de la familia.

Estos números deben encendernos las alarmas de que el realidad hay muchas probabilidades de que nuestros hijos o los de algún conocido o familiar cercano estén expuestos a situaciones de tocamientos o abuso sexual infantil. Y por esto debemos conocer sobre este tema para poder actuar de forma preventiva.

¿Qué es el abuso sexual infantil?

Una creencia errónea con respecto al abuso sexual infantil es considerar que existe sólo cuando él o la menor ha sido objeto de violación; abuso sexual infantil son todas aquellas acciones que le permitan al agresor someter, ya sea a través del engaño o de la fuerza física, a una niña o un niño, y este  es utilizado para la estimulación sexual de su agresor ya sea este un adulto conocido o desconocido, y o la gratificación de un observador.

Implica toda interacción sexual ya que en caso de ser menores el consentimiento NO existe, independientemente de si el niño entiende la naturaleza sexual de la actividad e incluso cuando no muestre signos de rechazo.

Esencialmente es cuando el agresor hace uso de su autoridad, chantajea, despierta la curiosidad y la fantasía del menor; se exhibe, hace proposiciones sexuales, provoca la desnudez, toma fotografías (o videos) del niño o la niña desnudos, que pueden incluir poses sexuales; exhibe material pornográfico, proporciona regalos a cambio de que se dejen acariciar o para que él o la menor le acaricie el cuerpo, le atemoriza, hace uso de la fuerza y puede llegar a violar al infante.

Como reaccionar ante la sospecha de Abuso Sexual Infantil

Considerar la posibilidad de que un menor en nuestro cuidado sufre de algún tipo de abuso sexual infantil es impactante, nos puede generar sentimientos de culpa, pero no por esto debemos detenernos de hacer el análisis adecuado en caso de sospecha.

Hay que tener mucho cuidado con la reacción emocional tanto verbal como no verbal, por lo que no debemos hacer gestos alarmistas o preocupantes, no debemos regañar, no expresar sorpresa, en resumen debemos mantenernos tranquilos y facilitar el discurso espontáneo del niño.

No debemos guiar al menor en su relato, más bien tenemos que escuchar de forma activa, que note nuestro interés, y sobre todo que no lo vamos a rechazar o culpar por lo que está viviendo.

En este momento, tus palabras y acciones tienen el mayor impacto en la sanación de tu hijo. En 2014, un grupo de investigadores preguntó a adultos que habían sido víctimas de abuso sexual cuando eran niños cómo reaccionaron sus padres cuando se enteraron del abuso. Los sobrevivientes cuyos padres no lo apoyaron tenían niveles más altos de «ansiedad, abandono y sufrimiento psicológico». Por otro lado, los sobrevivientes cuyos padres los apoyaron mostraron niveles de adaptación similares a los de los adultos que nunca habían experimentado ningún abuso sexual.  

Debes ser consciente de que en la mayoría de los casos los abusadores son figuras de autoridad de los y las menores, y lo que es mucho más alarmante son seres queridos, lo que complica el que él o la niña puede expresar el abuso, y en caso de niños pequeños el comprender que lo que se vive es un abuso.

Que señales ver

Dadas las características de la violencia sexual infantil, hay ocasiones en las que los indicadores físicos están ausentes, o son difíciles de determinar con total seguridad, en especial cuando las conductas sobre el o la menor no dejan huellas físicas, como en los casos de víctimas que fueron obligadas a realizar al ofensor u ofensores tocamientos, masturbaciones, sexo oral o visualización de conductas sexuales y pornografía.

Por esto es importante buscar señales de conducta como lo son. Si bien estos indicadores también aplican para otras clases de abusos como si el menor o la menor sufre acosos escolar, son señales que tomar en cuenta siempre que se tiene a cargo a un infante.

Cambios de apetito.

Cuando tu notas que los niños o niñas están dejando de comer o comen por nervios, esto siempre es señal de que algo está sucediendo, así que debes prestar atención sobre que esta pasado.

Problemas para dormir o Terrores nocturnos.

Si hay algo que genera seguridad a las niñas y niños es la rutina, lo más sano que se puede tener para apoyar un buen desarrollo tanto físico como emocional es que su tiempo de dormir sea el adecuado y de calidad.

Cuando él o la menor presentan pesadillas o terrores nocturnos, muchas veces son señales de trauma, y se le debe prestar atención.

Aislamiento o Hiperactividad

Los extremos nunca son buenos, cuando notes que tu hijo o hija empieza a aislarse y no querer comunicase más o al contrario que siempre está encima de ti queriendo hacer ruido, gritando o jugando pero de forma extrema, es una bandera roja que nos está señalando que algo sucede.

Síntomas Depresivos o de Ansiedad

Ahora con tanto acceso que tenemos a información, muchas personas terminan auto diagnosticando o diagnosticando a sus familiares problemas de salud mental, si bien esto no es sano y siempre debe ser un especialista quien te brinde un diagnóstico, yo la mayoría conocemos en que consiste los síntomas depresivos o ansioso y debemos tener la capacidad de notarlos en nuestros hijos o hijas con el fin de brindarle la atención oportuna y adecuada.

Apatía o cambios radicales de humor.

Si bien esta clase de comportamientos solemos asociarlos a los adolescentes es importante evaluar o analizar si no están siendo indicadores de que él o la menor está siendo víctima de algún tipo de abuso.

De forma general te puedo decir que la mejor forma de saber si nuestros hijos o hijas son víctimas de algún tipo de abuso o maltrato, es el tener un buen canal de comunicación con ellos. Esto permitirá que nos tengan la confianza suficiente para poder expresar que sienten y que sea lo que están viviendo, sin miedo de ser responsabilizados.

Como apoyar a un menor que es víctima de abuso

De hecho, las investigaciones sugieren que el nivel de apoyo de la familia puede influir más en el resultado del sobreviviente que en la gravedad del abuso.

Al ofrecer apoyo continuo y amor incondicional, TÚ tienes el poder de animar a tu hijo o hija  a sanar. Modelar la resiliencia con tu respuesta y tomar medidas para demostrar que tu hija o hijo es importante no solo lo ayudará a recuperarse del abuso sexual que ha experimentado, sino que también lo preparará para el éxito en sus futuras relaciones.  

Actúa de forma congruente, demuéstrale que Él o Ella no son responsables sobre  lo que vivieron, que quien abuso de ellos fue quien se equivocó y actuó mal, para esto es importante que se realicen cambios y acciones congruentes, como el denunciar al abusador y el cambiar el ambiente del menor para que no tenga que convivir más con él o la agresora.

Si le demuestras tu apoyo, lo importante que es y como no debe cargar con la culpa, estarás brindando lo que necesita para pasar por la crisis y desarrollar herramientas para que se recupere emocionalmente. No olvides cuidar de tu Salud Mental durante este proceso también, para que puedas ser  un apoyo genuino y efectivo.

Referencias

Hidalgo F. P.  “Guía de indicadores para la detección de casos de violencia sexual y pautas de actuación dirigidas a los Centros de Protección de Menores”. Sevilla, 2014.

Murray, L.K., Nguyen, A., y Cohen, J. A. (2014). Abuso sexual infantil. Clínicas psiquiátricas para niños y adolescentes, 23 (2), 321-337. 

Godbout, N., Briere, J., Sabourin, S., y Lussier, Y. (2014). Abuso sexual infantil y posterior funcionamiento personal y relacional: el papel del apoyo de los padres. Abuso y negligencia infantil, 38 (2), 317-325. 

 Elliott, A. N., y Carnes, C. N. (2001). Reacciones de los padres no ofensivos al abuso sexual de su hijo: una revisión de la literatura. Maltrato infantil, 6 (4), 314-331. 

Velázquez Velázquez, Magdalena, & Delgadillo Guzmán, Leonor Gpe., & González Villanueva, Leonor (2013). ABUSO SEXUAL INFANTIL, TÉCNICAS BÁSICAS PARA SU ATENCIÓN. Reflexiones, 92(1),131-139.[fecha de Consulta 24 de Marzo de 2021]. ISSN: 1021-1209. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=72927050010