Si hay algo a lo que le tememos es a la muerte, y no por lo que pase después, sino por la despedida, cuando alguien muere debemos decir un adiós sin respuesta, y eso es algo muy complicado de vivir, es un ciclo que si no aprendemos a cerrar solos vivirá por siempre abiertos y en ocasiones nos hará sentir siempre vacíos.

El proceso de duelo

Existe una errada tendencia a querer “salvar” a las personas de tener que vivir el duelo por la pérdida de un ser querido, pero esto no debe ser así, el duelo es el proceso necesario y natural para poder procesar la perdida, si no se sufre el dolor y se afronta la realidad de la perdida, será imposible llegar a elaborar las nuevas estrategias necesarias para poder seguir la vida sin esa persona a nuestro lado.

El duelo tiene diferentes etapas, y cada una de estas tiene su tiempo, y si bien podemos brincarnos alguna o tener regresiones antes de avanzar, lo importante es aprender que el duelo es importante y se debe de vivir. Si quieres saber un poco más sobre las etapas del duelo te dejo aquí el post anterior donde hable sobre este tema.

Encontrarle sentido a la vida.

La pérdida duele, cuando sabemos que no volveremos a ver o hablar con esa persona que significa tanto para nosotros, nos cuesta trabajo imaginar la vida más allá de este dolor, pero es esencial el estar conscientes de que esto es pasajero, al igual que las estaciones van de una a otra y después del invierno viene la primavera, y después del noche sale sol. Tenemos que entender que el momento de sufrir es el aquí y ahora con la perdida reciente, pero que la mejor forma de honrar a quien nos ama es el poder seguir adelante, el vivir una vida de la cual puedan sentir  orgullo.

Para lograr esto debemos estar dispuestos a avanzar, no tener miedo, ni sentirnos egoísta, al contrario pensar en lo horrible que sería seguir una vida que este muerta por dentro, que no tenga propósito, ni motivación, eso no es una vida en verdad.

A continuación se enlistan algunas de las preguntas que nos ayudarán a descubrir uno de tantos sentidos a la vida:

• ¿Qué he logrado realmente en la vida?

• ¿Qué es lo que he aprendido en el camino del amor y la sabiduría?

• ¿Cuál ha sido mi disponibilidad para ocuparme de los demás para escucharles y atenderles cuando necesitaron mi ayuda?

 • ¿Cuánto respeto y comprensión he puesto en mis relaciones?

 • ¿Con qué frecuencia he estado dispuesta para ir más allá de mis límites y cambiar, con valor para sanar las viejas heridas y vivir auténticamente?

Christine Longaker menciona que si queremos encontrar sentido a nuestra vida así como a nuestra muerte, deberemos asumir los siguientes tres compromisos:

  1. Ser conscientes de nosotros mismos y aceptarnos.

Para lograr encontrar un verdadero sentido de vida, se necesita la voluntad de vivir,  de otro forma es imposible, y para querer vivir debemos vivir de acuerdo con nosotros mismos, de nada sirve querer llenar los estándares de los demás, si van en contra de quienes somos.

Para poder aceptarnos realmente debemos conocernos bien, preguntarnos qué quiero, quien soy y a donde voy. Muchas veces estamos tan acostumbrados a actuar de acuerdo con lo que se nos indica, que al morí la persona que nos dirigía es natural sentir ansiedad y angustia por el futuro. Para esto el proceso terapéutico es una gran herramienta de autodescubrimiento y aceptación.

Cada paso en el proceso de duelo nos debe llevar a avanzar en crecimiento personal, si aprendemos a vivirlo de forma consiente y con aceptación.

  • b) Proponernos un diálogo auténtico con los demás.

En este compromiso debemos aprender a expresarnos a los demás, tal como somos, si aceptamos quienes somos aprendemos a amarnos así, no debemos sentir miedo de conectar de forma sincera mostrándonos al natural.

Las relaciones basadas en pretensiones no son reales, por lo tanto no nos aportan el bienestar emocional que deberían, para esto es fundamental poder conectar de forma genuina, encontrar con quien hablar, a quien expresarle nuestros temores y el dolor que estamos viviendo.

En el duelo la compañía adecuada es clave para un proceso sano y constructivo.

 c) Decidir adoptar una dirección positiva de crecimiento.

No se puede seguir adelante son voluntad. Cuando alguien cercano a mi vive una perdida, suelo decirle que el dolor no se ira, solo  que sus ganas de vivir lo motivaran  seguir adelante con todo y ese dolor. Y hago esto con el fin de que no tengan miedo a avanzar, en ocasiones sienten que están traicionando a su ser querido al querer seguir con su vida, sin darse cuenta que se están traicionando a sí mismos al no querer vivirla.

La muerte y el dolor nunca son justos, nadie merece vivirlos, pero inevitablemente nos tocara, así que ser conscientes de esto, no nos brinda consuelo, pero si nos enseña que podemos estar preparados emocionalmente, además de que no importa cuán doloroso sea, podemos reconstruirnos de la cenizas para poder seguir adelante, esto porque al sufrir por la muerte, lo más importante es valorar la vida.

Como decir adiós

En ocasiones sabemos que hacer porque hemos tenido el tiempo de prepararnos para la perdida, incluso hay persona que tienen la oportunidad de preparar sus propios funerales, y decirle exactamente a la familia como quieren ser recordados.

Pero en otras es algo imprevisto, que además de dolor no provoca una conmoción emocional, y nos es más complicado aclarar la menta para saber cómo actuar.

Sin importar cuál sea el caso, si sientes que el duelo se está complicando en ti o en algún ser querido, no dudes en buscar ayuda profesional. Existen diversas técnicas que te pueden enseñar empezar a enfocar tu vida en avanzar sin olvidar. Ya que nadie muere del todo siempre que lo recuerden con amor.

Referencias

http://www.revista.unam.mx/vol.8/num1/art06/ene_art06.pdf