En nuestra sociedad si de algo estamos seguros es que lo masculino siempre ha estado por encima de la femenino, es decir los intereses y convicciones del hombre siempre han sido impuestas sobre las mujeres, en forma de leyes o creencias que implican el cumplimiento de este concepto de como debemos ser y actuar las mujeres dictado por hombres.

¨La relación fundamental en la vida de nuestra especie es la de masculino y lo femenino. También aquí se verifica ese encumbramiento típico de uno de los dos términos a significación absoluta. Para estimar la productividad y la índole, la intensidad y las maneras de manifestarse del varón y de la mujer, recurrimos a determinadas normas de esos valores. Pero esas normas no son neutrales, no se ciernen a igual distancia de los opuestos sexos, sino que pertenecen íntegras a la masculinidad¨. (Jorge Simmel)

El Sexo Débil

En muchas culturas se considera a la mujer como el sexo débil, esto justificándose solo en la relación de fuerza física que existe, es decir el hombre se adjudica la tarea de mandar y decidir qué hacer, basándose en el hecho de que físicamente puede someter a la mujer.

Esto lo vemos manifestado al extremo en los muchos casos de violencia de género, donde en un alarde de tener el control las mujeres son agredidas en la mayoría de los casos por sus parejas.

Veneración a lo No Comprendido

Por el otro extremo tenemos a las sociedades donde se venera a las mujeres casi como si fusen seres místicos, esto proviene en gran parte de que quien dicta las normas son hombres, y si bien estos reconocen la diferencia de necesidades entre ambos sexos, pero al no lograr entender del todo al sexo opuesto crea esta especie de culto en la cual se les trata de forma menos violenta pero no por esto equilibrada y mucho menos equitativa.

Un Mundo de Hombres

El sexo masculino no se limita a ocupar una posición superior al femenino; conviértase, además, en el representante de la humanidad en general. Dictando normas por igual aplicables a las manifestaciones de la masculinidad y de la feminidad. En muchos casos; explicase esto por la posición de fuerza que el varón ocupa. Si, groseramente, definimos la relación histórica de los sexos como la que media entre el señor y el esclavo, habremos de considerar como un privilegio del señor la posibilidad de no pensar siempre en que es señor; en cambio, la posición del esclavo es tal que nunca puede olvidar que es esclavo. (Jorge Simmel)

Así es, como dice Jorge Simmel, este mundo es de hombres son ellos quienes dictan las normas, y si bien por lo menos aquí en México se ha propuesto que la cámara de senadores y diputados sea más igualitaria, y contenga un número más equilibrado de representantes de ambos sexos, aun no se ha visto un verdadero cambio.

Según la ONU son alrededor de 10 mujeres las que mueren a diario en México, victimas la mayoría de feminicidio. Y esto es resultado de como nuestras leyes y normas como sociedad siempre han privilegiado al hombre, al grado de que muchos creen tener el derecho de terminar con la vida de su pareja cuando esta los quiere dejar o simplemente porque tienen a alguien más. Es doloroso ver los casos en los que cuerpos de niñas son tirados como basura que se puede desechar, ese es el valor que como sociedad se les ha dado, y es lo que se debe de cambiar.

Tiempo de Cambios

Estamos viviendo una era de cambios muy impresionantes, existen reformas culturales que se han logrado de forma maravillosa, organizaciones que luchan por diferentes objetivos y van logrando avances, pero es horrible ver como aún estamos luchando con este mal que nos ha acompañado por siglos.

El cambio inicia desde la educación, una educación mucho más inclusiva, donde el rol del educador no sea solo para maestras, donde les enseñemos a las nuevas generación a crecer en armonía sin importar tu sexo, que aprender a respetar y cuidar los unos de los otros.

En nuestro hogar, debemos estar preocupados por que aprenden tanto nuestros hijos como hijas, mostrarles que valen lo mismo, pueden lo mismo y ninguno está por encima del otro. No toleremos los micromachismos, no toleremos la violencia en casa, hay que detenerla desde antes que se manifieste.

En México las mujeres tenemos miedo de salir, de andar, incluso existe el miedo de que les puede pasar a tus hijas, mucho más que con los hijos, es doloroso ver donde estamos, pero es hora de reconocer y avanzar hacia otra dirección, es momento de generar los cambios necesarios, de todos juntos decir NI UNA MENOS.